El registro del alimento de origen animal cerró mayo con un incremento del 1,3 %, fundamentalmente por subas en carne bovina, ovina y porcina, aunque con nuevo record para el primer caso. En contrapartida, en la avícola se observó un descenso, sobre todo por el impacto que tuvo la detección de Influenza aviar en Brasil. En el caso de los lácteos, aumentó 0,8 % en mayo, con fuerte demanda de Asia. En general, los alimentos fueron a la baja por caídas en cotizaciones internacionales de cereales y otros rubros.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) dio a conocer recientemente su informe sobre el índice de precios de alimentos al cierre de mayo. El indicador de referencia mundial registró un aumento para el caso de la carne en un 1,3 %, con respecto a su nivel revisado de abril, como resultado del aumento de las cotizaciones de las carnes de ovino, cerdo y bovino, observándose un nuevo record para el caso de la proteína vacuna.
En efecto, el índice de precios de la carne de la FAO registró en mayo un promedio de 124,6 puntos, lo que supone una subida de 1,6 puntos (un 1,3 %) respecto del valor revisado de abril y 7,9 puntos (un 6,8 %) por encima de su nivel de hace un año. Los precios mundiales de la carne de bovino alcanzaron un nuevo máximo histórico ante la sólida demanda mundial y la escasez de suministros para la exportación en los principales países productores, se indicó.
Además, subieron los precios de la carne de ovino, como consecuencia del alza de las cotizaciones en Oceanía que se vio respaldada por la fuerte demanda mundial de importaciones, en particular por parte de China, Europa y Oriente Medio. Asimismo, aumentaron los precios de la proteína de cerdo, impulsados por el fortalecimiento de la demanda mundial y el incremento de precios para la exportación en Alemania, tras recuperar su condición de zona libre de Fiebre Aftosa.
En contrapartida, cayeron los precios de la carne avícola, fundamentalmente por la caída en las cotizaciones en Brasil, donde la detección de gripe aviar altamente patógena en una explotación comercial a mediados de mayo hizo que varios de los principales países importadores impusieran prohibiciones a la importación, que tuvo como consecuencia la abundante oferta excedentaria y la presión a la baja, se explicó en el resumen difundido por el organismo internacional.
En tanto, el indicador de referencia de precios a nivel mundial de productos lácteos de la FAO se situó en mayo en 153,5 puntos, 1,3 puntos (un 0,8 %) más que en abril y 27,2 puntos (un 21,5 %) por encima de su valor de hace un año. Los precios internacionales de la mantequilla se mantuvieron en niveles históricamente elevados, sostenidos por la fuerte demanda de Asia y Oriente Medio en un contexto de mayor escasez de suministros de leche en Australia.
Sin embargo, la desaceleración de la demanda de mantequilla de origen en la UE limitó ulteriores aumentos de precios. Los precios del queso aumentaron por segundo mes consecutivo, como consecuencia de la demanda sostenida de servicios alimentarios —especialmente en Asia oriental y sudoriental— y la escasez de disponibilidades en la UE debido a unas condiciones atmosféricas desfavorables y a los brotes de enfermedades de principios de año.
Los precios de la leche entera en polvo subieron otro 4 % desde abril, impulsados por la fortaleza de las compras de China y el limitado crecimiento de la oferta. Por el contrario, los precios de la leche desnatada en polvo bajaron ligeramente (un 0,2 %) en mayo, ya que la abundancia de suministros exportables en las regiones productoras de mantequilla contrarrestó el aumento de la demanda en el Cercano Oriente y África del Norte.
Ya en términos generales, el índice de precios de los alimentos de la FAO registró un descenso en mayo por la bajada de los precios de los cereales, el azúcar y los aceites vegetales y se ubicó en 127,7 puntos, 0,8 % menos que en abril, contrarrestando las subas en carne de bovino y mantequilla. Finalmente, las nuevas previsiones de la FAO apuntan a una producción mundial de cereales sin precedentes, con un repunte parcial de las reservas y el comercio.
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